Qué mejor que una noche en tu luz
salpicada por rastros de nube
y el amarillo de tu soledad
haciendo juego con mi pesadumbre
Qué mejor que sentir el frescor
de la caricia de un viento difuso
con las pupilas perdidas allá,
en tu mágica puerta a otro mundo
Qué pedirte, mi luna querida
si este día ya me ha dado todo
me ha enseñado que todos mis sueños
son reflejo de tu brillo en mis ojos
Qué pedirte, mi luna querida
sólo que estés allí, si estoy solo...
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